Una vez que tomé la decisión de estudiar en la Universidad de Leeds, en el Reino Unido, el siguiente paso fue elegir un alojamiento. Había varios factores que debía considerar como el costo, la cercanía al campus, la seguridad, las oportunidades para socializar, entre otros. Comencé explorando las opciones de residencias estudiantiles en la página web de la universidad y luego revisé alojamientos privados. Cada opción variaba en número de compañeros de piso, si las instalaciones eran compartidas o privadas y si estaban dirigidas a estudiantes de licenciatura o posgrado.
Para mantenerme organizada, hice una hoja de cálculo en Excel que me permitió comparar cada opción de manera clara, lo que me ayudó a tomar una decisión más informada. Después de evaluar los pros y contras, elegí vivir en una residencia gestionada por la universidad principalmente por la sensación de seguridad que ofrecía y su cercanía al campus. Me solicitaron el pago de un depósito y se me ofreció la opción de hacer pagos en cuotas a lo largo del año académico. Además, el sistema de solicitud de residencia me permitió indicar mis preferencias sobre vivir con personas del mismo sexo, religión o con restricciones alimentarias, lo cual era importante para mí.
Si estás considerando un alojamiento privado, ten en cuenta que muchos propietarios te pedirán un aval que resida en el Reino Unido o bien solicitarán el pago total por adelantado antes de tu llegada.
Antes de mudarme, organicé la entrega de algunos artículos esenciales como ropa de cama y una toalla para poder instalarme cómodamente desde la primera noche. Al llegar, recibí un folleto de bienvenida que explicaba las normas principales y ofrecía consejos útiles para vivir en la residencia, además de un pequeño paquete con snacks.
Compartí el departamento con cinco compañeras más. Teníamos en común la cocina, la lavadora y la secadora. Uno de mis principales consejos que puedo dar es darte la oportunidad de conocer a tus compañeros de piso desde el principio. Asistir a eventos o actividades juntos es una excelente manera de ir creando lazos y facilitar la convivencia. Si es posible, conviene compartir los gastos para adquirir artículos básicos de cocina como ollas, licuadoras o tostadoras. Esto es más económico y ayuda a aprovechar mejor el espacio disponible.
Algo que me encantó de mi alojamiento fue su ubicación, a solo diez minutos de la escuela de negocios. Resulta muy conveniente para asistir a clases, conferencias y eventos universitarios sin el estrés de un trayecto largo. Otro beneficio es la variedad de eventos sociales organizados por el comité social de la residencia, formado por estudiantes voluntarios que también viven ahí. Es una forma relajada y accesible de conocer gente y disfrutar actividades sin salir de tu entorno.
Como la mayoría de los residentes son estudiantes de posgrado, hubo un ambiente comunitario muy cercano, donde era común encontrarse con amistades en las áreas comunes y eso facilita organizar reuniones de manera espontánea.
El lugar donde vives realmente define tu experiencia universitaria, afecta tu acceso a las instalaciones del campus, tu vida social y tu bienestar general. Recomiendo hacer una investigación completa de tus opciones, consultar opiniones de estudiantes previos en redes sociales y reflexionar sobre tus prioridades personales como si estás dispuesta a compartir baño o si debes respetar un presupuesto determinado, antes de tomar tu decisión.
-Sandra Carolina
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