Mi principal inspiración para estudiar en el Reino Unido fue mi pasión por el idioma inglés. Me cautivó el Reino Unido como país multicultural que une a personas de todo el mundo. El sistema educativo es excelente y disfruto muchísimo de la música, los conciertos y los festivales, parte integral de su cultura. La impresionante arquitectura y el pintoresco paisaje rural no hacen más que acrecentar su encanto.
Al principio, mi vida académica presentó algunos desafíos debido a las marcadas diferencias en el sistema educativo. Tuve que adaptarme a extensas listas de lectura, algo que disfruto, además de escribir numerosos ensayos y mi tesis, una habilidad que necesitaba perfeccionar. Aunque al principio fue difícil, con el tiempo me adapté y logré obtener méritos y distinciones.
En lo personal, mi experiencia fue maravillosa. Estudié en Newcastle, una encantadora ciudad del noreste conocida por sus amables y acogedores habitantes. Los lugareños siempre estaban dispuestos a ayudar y conocí a gente increíble de todo el mundo. Gracias a estas interacciones, viví muchas experiencias enriquecedoras, me uní a varios clubes y forjé amistades duraderas. Fue realmente increíble escuchar diferentes perspectivas y compartir esas experiencias. Incluso cuando surgieron las barreras del idioma, nuestras amistades florecieron a través de gestos, sonrisas e intercambios culturales.
Estudiar en el extranjero ha sido una de las experiencias más gratificantes de mi vida. No solo aprendí sobre diversas culturas, sino que también adquirí una comprensión más amplia del mundo. Siempre atesoraré mi tiempo allí y lo reviviría con gusto sin reservas.
A lo largo de este viaje, descubrí mucho sobre mí misma. Llegué a comprender dónde se encuentran mis principios morales, la distinción entre valores culturales y personales, y la importancia de una comunicación efectiva. Aprendí a tener una mente abierta y a respetar diferentes puntos de vista, culturas y problemas. También desarrollé independencia, adaptabilidad y la capacidad de establecer límites, a la vez que reconocí la facilidad con la que podía adaptarme a los demás. Un momento destacado de mi tiempo fue mi maravilloso club de swing en Newcastle, que me trajo una inmensa alegría. Me brindaron un espacio para expresarme libremente, ya fuera en voz alta o baja, y siempre se esforzaron por comprenderme a pesar de los desafíos de los acentos. Estoy muy agradecida por los amigos que hice de todo el mundo.
La transición de una gran ciudad a un pueblo pequeño fue un cambio maravilloso. En Newcastle, la gente se prestaba más atención; nunca me sentí insegura y siempre había alguien dispuesto a echar una mano. Siempre que paseaba por la ciudad, me encontraba con caras conocidas y las saludaba con una sonrisa. Este estilo de vida más tranquilo me permitió forjar conexiones más profundas con quienes me rodeaban, lo que lo convirtió en una experiencia enriquecedora. Le debo un sincero agradecimiento a mi querida Mónica por todo lo que hizo para apoyarme.
Mirando atrás, también aprendí lo valiente, fuerte, inteligente y adaptable que puedo ser. Moverse por un país extranjero es sin duda un reto, pero si tienes suerte como yo, puedes descubrir otro hogar.
Reflexionando sobre mi experiencia, me gustaría haber sabido más sobre el proceso de empleo en el Reino Unido, cómo solicitar trabajos a tiempo parcial y cómo redactar un CV atractivo. Además, me habría beneficiado saber qué sitios web o recursos están disponibles para contratar estudiantes, y habría sido útil crear un presupuesto más detallado.
-Miriam
Todo empezó con un anuncio de Instagram (y una corazonada).
Mientras buscaba opciones de maestría en México y ya sentía que el ciclo académico se me venía encima, apareció un anuncio de Across the Pond en mis redes: “¿Te gustaría estudiar en el Reino Unido con apoyo de CONACYT / FUNED?” Fue como si el algoritmo supiera exactamente lo que yo necesitaba ver. Aunque pensé que ya era tarde para aplicar ese año, esa frase despertó en mí una chispa: ¿y si sí se puede?
Lo que más me atrajo del Reino Unido fue la duración de los posgrados (¡solo un año!), la flexibilidad de sus programas, y el enfoque profesional de las universidades. Como alguien con formación artística que quería migrar hacia la gestión cultural, vi en el Reino Unido un puente perfecto para transformar mi carrera.
Después de revisar muchas opciones, De Montfort University (DMU) fue la que más me convenció. Su maestría en Cultural Events Management no solo abordaba lo artístico, sino también la planificación, el liderazgo y la gestión real de festivales. En muy poco tiempo, recibí una carta de invitación. Ahí supe que todo podía empezar a volverse realidad.
DMU tiene un ambiente diverso, accesible, con profesores cercanos y muchísimas actividades extracurriculares. Desde el primer día sentí que mi voz era válida, incluso si el inglés todavía me daba inseguridad.
Aplicar a FIDERH y FUNED fue un paso importante y nada sencillo. La documentación, los ensayos, las decisiones… en momentos sentí que podía rendirme. Pero contar con el apoyo de mi familia y con la asesoría de Across the Pond, fue clave. Me ayudaron a mantenerme enfocado y a entender que no estaba solo.
Aunque me daba miedo endeudarme, comprendí que FIDERH y FUNED no eran solo un préstamo: eran herramientas estratégicas que me permitieron enfocarme en mi formación sin tanta presión económica. Hoy estoy en mi periodo de gracia, preparándome para cumplir esa responsabilidad con claridad y mucha más confianza que cuando empecé.
Durante mis primeros 10 meses viví en un student accommodation, y lo recomiendo totalmente para quienes vienen por primera vez. Las instalaciones eran cómodas, el espacio no era enorme, pero sí suficiente, y el personal de mantenimiento y recepción siempre estuvo atento para resolver cualquier inconveniente.
Ahora vivo en una casa, pero haber comenzado en un alojamiento estudiantil simplificó todo. Mi consejo: infórmate bien sobre los costos ocultos de rentar por fuera. A veces lo más sencillo, sobre todo el primer año, es lo que te da más paz.
Sí, estudiar en inglés fue un reto. Al principio me sentía inseguro para hablar, escribir ensayos o participar en clase. Pero en la universidad siempre hubo apoyo, paciencia y espacios para mejorar. Nadie te juzga por cometer errores: al contrario, se valora que quieras mejorar.
Lo que más me ayudó fue hacer networking, no tener miedo de hablar, y pedir que me corrigieran. El idioma dejó de ser una barrera cuando lo vi como una herramienta en evolución.
Leicester no es Londres, pero tiene lo necesario: diversidad, cultura, tranquilidad y oportunidades. Es una ciudad donde puedes enfocarte sin tantas distracciones, y que tiene espacios creativos, museos, festivales y un ambiente multicultural muy interesante.
La recomiendo muchísimo si tu prioridad es el estudio, pero sin dejar de lado el arte, la cultura y el café de vez en cuando.
En mi tiempo libre disfruto del cine, museos, conciertos, bares y comidas. También hice voluntariado en festivales, me uní a la Latin Society y a la Radio Society de DMU, y asistí a muchos talleres y charlas extracurriculares que la universidad ofrece para quienes queremos ser líderes culturales del futuro.
Hacer amistades puede tomar tiempo: al principio no es tan fácil. Pero cuando haces click con alguien, es para siempre. Ahora tengo amistades de México, Latinoamérica, Taiwán, Bangladesh, Nepal, India, Malasia, Brasil y más.
Si pudiera darte un consejo, sería este: aprende a llevar una agenda, pero de verdad. No solo para apuntar citas, sino como una estructura personal de metas, hábitos, tiempo, descanso y enfoque. Acá todo se agenda, todo es por correo, todo se planea con antelación. Implementar una agenda real antes de venir te ayudará a adaptarte y aprovechar al máximo tu estancia.
(Broma no tan broma: hasta para enfermarte deberías agendarlo con dos semanas de anticipación).
Gracias a su guía y acompañamiento, especialmente de Xóchitl y Liliana, pude entender el proceso, resolver dudas, estructurar mejor mis aplicaciones y no sentirme solo en ningún momento. Tener este tipo de asesoría gratuita y confiable hizo una gran diferencia.
Créeme, también estuve ahí. Lleno de preguntas, inseguridades, miedo al rechazo, miedo al idioma, al dinero, al cambio. Pero lo que descubrí es que el Reino Unido no es un sueño imposible. Con estrategia, con aliados, con redes de apoyo y con claridad en tu propósito, sí se puede.
Estás más cerca de lo que crees. Solo falta que te atrevas a empezar.
-Javier
¡Hola a todos!
Mi nombre es Andrea, soy originaria de Chihuahua, México, y actualmente me encuentro en el Reino Unido porque decidí perseguir un sueño: crecer personal y profesionalmente, conocer nuevos lugares, personas y culturas; aprender no solo en el aula, sino también en la vida cotidiana; y hacer networking con profesionales de diferentes contextos, con ideas y perspectivas distintas a las mías. Todo esto impulsado por una pasión profunda por convertirme en una mejor versión de mí misma.
Mi experiencia internacional comenzó durante mi Licenciatura en Psicología en la Universidad del Valle de México, cuando tuve la oportunidad de hacer un intercambio académico en Madrid, España. Ahí cursé algunas materias de mi programa, pero, por motivos de la pandemia, el intercambio se interrumpió antes de lo esperado. A partir de ese momento, me propuse regresar al extranjero para cursar una maestría y vivir esa experiencia plenamente, sin restricciones sanitarias.
Durante los últimos meses de mi carrera en México, descubrí una fuerte vocación por la Psicología Organizacional. Aunque no era obligatorio hacer prácticas profesionales para graduarme, me acerqué a mi profesora de esta materia para pedir orientación. Ella me ofreció una vacante como practicante en la agencia consultora donde trabajaba como gerente de Recursos Humanos. Esa experiencia me encantó y me motivó aún más a desarrollarme profesionalmente en el área de RH.
Con el tiempo, logré conseguir una posición como Senior Associate en HR Shared Services en Ford México, donde trabajé durante dos años. Fue un trabajo retador, en el que adquirí conocimientos importantes. Sin embargo, al ser una posición principalmente administrativa y transaccional, sentí la necesidad de seguir aprendiendo, especialmente sobre la parte estratégica de Recursos Humanos. Me apasiona el papel que RH puede jugar como aliado clave del negocio, alineando los intereses de la empresa con los de sus empleados, y promoviendo temas como equidad, diversidad, inclusión, desempeño, motivación, bienestar y creatividad. Por eso decidí estudiar un posgrado que me diera herramientas para contribuir de forma más significativa en este campo.
Al explorar programas de maestría en el extranjero, me atrajo el plan de estudios del MSc in Human Resource Management de la Universidad de Liverpool (UoL). Aunque el proceso de aplicación fue relativamente sencillo, una herramienta que me ayudó mucho fue el chat con estudiantes embajadores, donde pude resolver dudas y conocer de primera mano la experiencia de estudiar en UoL.
Desde que contacté a Across the Pond, me brindaron un acompañamiento invaluable: desde sesiones informativas hasta el proceso de solicitud de visa. Aunque ya había enviado mi solicitud a la universidad por mi cuenta, siempre se mostraron atentos y disponibles para responder mis dudas. Sin duda, hicieron todo el proceso mucho más claro, tranquilo y seguro para mí.
Mi experiencia en el extranjero ha sido desafiante, pero sobre todo increíblemente enriquecedora. El programa superó mis expectativas: tuve docentes altamente capacitados y compañeros de clase de distintos países, como India y China, lo que fomentó un ambiente inclusivo, diverso y lleno de aprendizajes interculturales. De igual forma, viví en una residencia universitaria con estudiantes de todo el mundo, con quienes compartí momentos valiosos, tanto en eventos organizados como en la convivencia diaria.
Al principio, enfrenté algunos choques culturales: comprender distintos acentos, adaptarme a expresiones locales como el típico “Are you okay?”, e incluso al clima frío, ventoso y oscuro del invierno británico. También experimenté nostalgia y lo que se conoce como homesickness, especialmente al extrañar a mi familia. Sin embargo, mantener una buena alimentación, hacer ejercicio regularmente, participar en eventos recreativos y tener una red de apoyo sólida marcaron una gran diferencia. Las amistades que hice durante este año han sido una de las cosas más valiosas que me llevo. A pesar del poco tiempo, el vínculo con mis amigos se volvió muy fuerte, porque compartimos vivencias similares y nos acompañamos mutuamente en los momentos buenos y en los difíciles.
Liverpool es una ciudad amigable, acogedora y vibrante. La gente es muy accesible, y los estudiantes internacionales están abiertos a conocer nuevas personas. La universidad ofrece muchos canales de apoyo, tanto psicológico como financiero, además de sociedades estudiantiles, clubes y deportes, que hacen más fácil integrarse y ampliar tu red social.
Esta experiencia me transformó profundamente. Me llevo un gran crecimiento, no solo académico, sino personal. Me conozco mejor, soy más independiente, manejo el inglés con mayor fluidez, tengo nuevas habilidades profesionales y una visión más amplia del mundo. Me siento orgullosa de haber cumplido este sueño y agradecida con todas las personas que me apoyaron, tanto emocional como económicamente.
Si pudiera regresar el tiempo, me hubiera gustado saber algunas cosas antes de venir: que Liverpool es una ciudad perfecta para caminar, que el campus está muy cerca del centro, y que el transporte público solo lo necesitarás para visitar otras ciudades como York, Manchester, Chester o Formby Beach. También que viajar a Londres desde Liverpool puede ser costoso, pero hay destinos cercanos mucho más económicos y encantadores para escapadas de un día. Además, me habría encantado saber que Liverpool fue nombrada como la mejor ciudad del Reino Unido por su oferta gastronómica según Time Out. Calles como Lark Lane, Bold Street o Castle Street están llenas de restaurantes increíbles; no hay uno solo que no me haya gustado.
Por último, me hubiera gustado tener más presente que el año académico pasa volando. Por eso, mi consejo es: disfruta cada momento, atrévete a salir de tu zona de confort y aprovecha cada oportunidad que se te presente. Estudiar en el extranjero no solo es una decisión académica, es una experiencia de vida que te cambia para siempre.
-Andrea
El Reino Unido siempre me llamó la atención por su rica historia, su excelencia académica y su reconocimiento a nivel global. La posibilidad de cursar una maestría en Inglaterra me parecía una experiencia sumamente enriquecedora, tanto en lo profesional como en lo cultural. Además, la Universidad de Leeds —a la que decidí aplicar— es reconocida por su gran diversidad de personas y culturas. Sabía que las amistades y relaciones profesionales que encontraría allí me aportarían una visión global y una red de contactos valiosa.
Para cumplir mi objetivo de estudiar en esta universidad recurrí a diferentes becas y apoyos como FIDERH, SECIHTI y las becas de excelencia otorgadas por la propia universidad. Cada uno de estos apoyos fue fundamental, y la orientación de Across the Pond resultó invaluable para identificarlos y obtenerlos.
Mi consejo para quienes comparten la meta de estudiar un posgrado en el Reino Unido es sencillo: infórmate, organízate y avanza paso a paso. Las oportunidades existen, solo hay que buscarlas y atreverse a tomarlas. Puede ser un proceso competitivo, pero no temas al rechazo ni a volver a intentarlo. Ten presente que hay personas con experiencia dispuestas a guiarte y asesorarte para que obtengas los mejores resultados. Siguiendo sus consejos y cumpliendo tu lista de tareas poco a poco, estarás viviendo tu objetivo antes de lo que imaginas.
-Ana
Lo que más me atrajo de cursar un posgrado en el Reino Unido fue la alta calidad académica de los programas, la duración más corta en comparación con México y la oportunidad de vivir una experiencia internacional.
Estudiar en el Reino Unido puede representar un reto económico. El crédito FIDERH me ofreció la posibilidad de contar con mayor libertad financiera durante mi estancia en Inglaterra, bajo condiciones accesibles y flexibles.
Cómo fue tu experiencia durante el proceso de solicitud y financiamiento
Al inicio los requisitos me parecieron numerosos y abrumadores, pero al organizarme con tiempo y con el acompañamiento de los asesores de Across the Pond, el proceso resultó mucho más llevadero y todo se fue acomodando.
Mi mayor temor era comprometerme a pagar un crédito, ya que nunca lo había hecho de manera formal. Aunque tenía experiencia manejando mis propias finanzas y tarjetas de crédito, solicitar un préstamo me parecía intimidante. Sin embargo, decidí informarme a fondo, tanto sobre el crédito como sobre el costo de vida en el Reino Unido, y comparar las alternativas disponibles. Gracias a mi investigación y al apoyo de Across the Pond, confirmé que FIDERH era la opción adecuada para mí.
El respaldo económico de FIDERH fue fundamental. Me brindó independencia financiera durante mi estancia en el extranjero y la tranquilidad de concentrarme por completo en mis estudios. Alcanzar los logros que hoy tengo no habría sido posible sin este apoyo. Los sueños y metas se pueden cumplir, es cuestión de encontrar las herramientas correctas para lograrlo.
-Ana
No puedo expresar en palabras todo lo que aprendí durante este año y lo transformador que ha sido para mi vida.
Para ser honesta, estudiar en el Reino Unido nunca fue un sueño que tuve en mente. No contaba con las condiciones económicas, mi nivel de inglés no me hacía sentir cómoda, desconocía por completo el proceso de aplicación a universidades extranjeras y, en pocas palabras, no me sentía lo suficientemente buena para ser aceptada en una institución británica. Además, pensaba que mi perfil académico y profesional no era lo bastante competitivo como para destacar.
Mi viaje comienza cuando por decisión personal empecé a plantearme la idea de emprender un negocio. Sentía que me faltaba valentía para dar ese paso y que necesitaba un poco más de preparación. Fue entonces cuando surgió la idea de estudiar una maestría, con el propósito de cubrir ese vacío.
La posibilidad de estudiar en Reino Unido apareció cuando descubrí que varias universidades ofrecían becas completas para estudiantes internacionales, no solo descuentos en colegiatura. En ese momento decidí aplicar a diferentes programas en Australia y el Reino Unido. Durante ese proceso recibí el apoyo de Across the Pond, quienes me guiaron tan bien que terminé enfocando todos mis esfuerzos en Reino Unido. Finalmente, apliqué a cuatro universidades, todas me aceptaron y todas me ofrecieron una beca. Elegí University of Leeds porque, además de ser la mejor posicionada en los rankings de las que consideré, me otorgaron una beca completa de colegiatura y un apoyo económico para mi manutención.
Esas dos becas hicieron posible lo que parecía inalcanzable: estudiar en Inglaterra. Ahora, un año después y a punto de terminar, puedo decir con certeza que esta experiencia ha marcado un antes y un después en mi vida. El título de máster terminó siendo solo un extra (en el mejor sentido) porque lo verdaderamente valioso fue todo lo que viví.
Conocí personas increíbles, construí una red de contactos que jamás hubiera imaginado, experimenté muchas “primeras veces”, mejoré mi inglés y, sobre todo, vencí inseguridades personales que me limitaban. Me di cuenta de que mi perfil sí era lo suficientemente competitivo a nivel internacional, y que siempre había estado lista, aunque no lo creyera.
Aprendí tanto de mí misma que hoy quiero decirte algo, especialmente si estás dudando en aplicar a una maestría en el extranjero: hazlo. Te prometo que será una de las mejores inversiones de tu vida. Porque si algo me dejó este año, fue la certeza de que las oportunidades son para quienes se atreven a tomarlas.
En conclusión, estás a una sola decisión de vivir uno de los años más significativos de tu vida. Date ese regalo, porque nadie más que tú lo merece. Hazlo por tu yo del pasado, del presente y del futuro. Mucho éxito.
-Claudia
Desde hace tiempo soñaba con vivir en el extranjero, y el Reino Unido siempre había llamado mi atención. Me atraía su historia, su cultura y, por supuesto, la calidad de su educación. Cuando descubrí University of Leeds y revisé el programa de estudios, sentí que era justo lo que buscaba. Sin embargo, aunque tenía el deseo y el apoyo de mi familia, dar ese paso me daba miedo. Una de las razones por las que no me decidía a comenzar mi inscripción en una universidad extranjera era que pensaba que el procedimiento de inscripción era demasiado complejo y largo, fue entonces cuando conocí a Across the Pond, quienes me acompañaron en todo el proceso de inscripción, resolvieron mis dudas y me dieron el empujón que necesitaba para atreverme. Gracias a eso, un sueño que parecía tan lejano se convirtió en realidad.
La vida en Leeds ha sido una de las etapas más transformadoras de mi vida. Académicamente me encontré con profesores muy preparados y siempre dispuestos a ayudar, además de oportunidades increíbles: participé en concursos de emprendimiento donde llegué a ser finalista, workshops y proyectos que buscaban impulsar el crecimiento de la universidad. Pero lo más valioso sucedió fuera de las aulas: conocí personas que se convirtieron en mi familia durante este viaje, amigos de todas partes del mundo con quienes compartí momentos inolvidables. Gracias a ellos, nunca me sentí sola. Aprendí que basta con ser amigable y perder el miedo a socializar para abrir la puerta a amistades que marcan la vida. Ahora, a poco tiempo de terminar esta experiencia, estoy segura de que conservaré a estas amistades por el resto de mi vida, y gracias a ellos siempre tendré motivos para seguir viajando por el mundo.
Los viajes dentro del Reino Unido también fueron una experiencia especial: eran accesibles y me permitieron conocer ciudades, paisajes y costumbres distintas. Recuerdo con cariño las reuniones donde cada uno cocinaba algo típico de su país; era como dar la vuelta al mundo en una sola mesa. Al mismo tiempo, tuve la oportunidad de descubrir de cerca la cultura inglesa: la amabilidad de la gente, su disposición a compartir y la forma en la que valoran tanto su identidad fue algo que me marcó profundamente.
De esta experiencia me llevo un aprendizaje enorme: en la vida hay que ser valiente. Dar pasos grandes siempre genera miedo, pero son esos saltos los que nos acercan al futuro que queremos construir. Vivir en Leeds me enseñó que siempre habrá algo nuevo que aprender y que el mundo es tan diverso como sorprendente.
Si algo hubiera querido saber antes de llegar, es la cantidad de beneficios que tenemos como estudiantes: descuentos en transporte, en entradas a museos, en restaurantes, e incluso en viajes. También hubiera sido útil conocer de antemano los clubes y eventos sociales que la universidad organiza, ya que son perfectos para hacer amigos desde el primer día. Como mexicana en el Reino Unido, descubrí todo esto poco a poco, pero hubiera sido de gran ayuda aprovecharlo desde el inicio.
Hoy puedo decir que estudiar en Leeds no solo me dio una educación de calidad, sino también recuerdos, aprendizajes y una segunda familia que siempre llevaré conmigo. Fue la decisión más valiente que he tomado, y sin duda, la que más ha cambiado mi vida.
-Laura Susana
Lucha por tus Sueños. Soy originaria de la Ciudad de México y desde hace tiempo tenía claro que quería estudiar una maestría en Derecho Internacional de Propiedad Intelectual e Información en el Reino Unido. Mi objetivo era especializarme en un área que me apasiona y, al mismo tiempo, abrirme puertas en un entorno laboral globalizado. Por eso decidí estudiar en el Reino Unido, no solo por la gran reputación de su sistema educativo, sino también porque quería vivir la experiencia de estudiar en un país donde se hablara inglés, un idioma esencial para desarrollarme profesionalmente en Propiedad Intelectual.
Elegí la Universidad de Aberdeen porque su programa es innovador, moderno y muy bien estructurado, además de contar con un equipo docente de excelencia. Sin embargo, sabía que alcanzar este sueño requeriría no solo dedicación y esfuerzo, sino también recursos económicos. Y ahí es donde descubrí a FIDERH, una de las mejores decisiones que pude tomar.
Al principio, la idea de financiar mis estudios me generaba cierto temor. Sin embargo, pronto entendí que invertir en tu educación es invertir en ti mismo, y que contar con un apoyo como FIDERH hace el proceso mucho más sencillo y accesible. Sin temor a equivocarme, puedo decir que FIDERH es uno de los mejores financiamientos disponibles en México para quienes queremos estudiar en el extranjero.
El proceso de aplicación es claro y organizado: basta con reunir los documentos solicitados y cumplir con los plazos establecidos. Por lo tanto, la organización es clave para aplicar y obtener exitosamente este financiamiento. Además, la cantidad que financian es muy significativa, cubriendo una parte importante de la matrícula y la manutención. En mi caso, complementé el financiamiento con mis ahorros y fue suficiente para cubrir mis necesidades durante la maestría. Aunque si necesitas mayor financiamiento hay muchos otros que pueden complementarlo y que también son amigables de pago como FUNED.
Uno de los aspectos que más valoro de FIDERH es que, al terminar los estudios, otorga un periodo de gracia de un año antes de iniciar los pagos. Esto te permite encontrar empleo con tranquilidad y planear tus finanzas personales. Además, una vez que comienzas a pagar, el plazo para liquidar el crédito es de hasta 10 años, lo que permite hacer frente a las mensualidades con calma y sin presiones innecesarias. Incluso la tasa de interés por penalización por retraso es baja, lo que da aún más flexibilidad y seguridad. Aunque por supuesto también puedes liquidar mucho antes de que se cumplan los 10 años si así lo prefieres.
Otra de las grandes ventajas de FIDERH es que muchas universidades, como la Universidad de Aberdeen a la que yo asistí, tienen acuerdos con México y ofrecen hasta un 20% de descuento en la colegiatura si cuentas con este financiamiento. Esto representa un ahorro considerable y convierte la opción en aún más atractiva y viable.
Debes ver tu maestría como una inversión a largo plazo. En mi caso, poco después de concluir mis estudios, comencé a recibir ofertas laborales de firmas especializadas en Propiedad Intelectual en México a través de LinkedIn. Tener un título de una universidad reconocida en el extranjero aumenta demasiado tu proyección profesional, y con un buen puesto es mucho más sencillo cubrir el financiamiento en poco tiempo.
Gracias a FIDERH, y el apoyo que recibí de mis asesores de Across the Pond, pude dar el paso más importante de mi carrera: estudiar mi maestría en la Universidad de Aberdeen. Si bien implica preparación, trámites y organización, vale completamente la pena. No tengas miedo de financiar tu educación; con FIDERH, obtienes apoyo real, plazos amplios y condiciones accesibles, a diferencia de muchos otros financiamientos con condiciones menos favorables para el beneficiario, como tasas de interés demasiado elevadas o plazos de pago muy cortos.
Mi recomendación es clara: piérdele el miedo al financiamiento con FIDERH. Si trabajas con disciplina, te mantienes informado y aprovechas las oportunidades, este apoyo se convertirá en el motor que necesitas para alcanzar tus metas académicas y profesionales y dar un enorme salto hacia adelante en tu desarrollo.
-Paola Viridiana
En navidad decidí escaparme de la rutina de Aberdeen para explorar 3 días Edimburgo y su mercado navideño. Lo que comenzó como una idea espontánea se convirtió en un viaje muy bonito. Las calles empedradas, su arquitectura medieval, la decoración navideña y su vibrante cultura, Edimburgo me cautivó desde el primer momento.
Para llegar desde Aberdeen hasta Edimburgo tuve dos opciones principales: el tren y el autobús. Después de comparar precios y horarios, opté por el tren, que resultó ser una excelente decisión. El viaje duró aproximadamente 3 horas, y el costo del boleto de ida y vuelta fue de £45 con la rail card (tarjeta que te da descuentos en boletos de tren). La alternativa del autobús hubiera sido más económica (alrededor de £25 ida y vuelta), pero con una duración de casi 4 horas, preferí la comodidad y rapidez del tren.
Una de mis mayores preocupaciones era el costo del alojamiento, ya que Edimburgo tiene fama de ser una de las ciudades más caras del Reino Unido. Después de investigar varias opciones, encontré un hostal en el centro histórico por £53 la noche en habitación compartida. Para quienes prefieren más privacidad, los hoteles que se encuentran en le centro histórico en la parte nueva de la ciudad oscilaban entre £85-£120 por noche, mientras que las cadenas hoteleras más alejadas del centro ofrecían tarifas desde £60.
Decidí alojarme en el Kick Ass hostel, ubicado a solo cinco minutos a pie del Castillo de Edimburgo. Aunque las instalaciones eran básicas, la ubicación era inmejorable y el ambiente era muy acogedor, con turistas de todo el mundo compartiendo experiencias en la sala común.
Dentro de las principales atracciones que visité, mi primera parada fue el icónico Castillo de Edimburgo. La entrada costó £19.50, pero valió cada centavo. Caminar por sus antiguos muros me transportó siglos atrás. La vista panorámica de la ciudad desde las murallas es simplemente espectacular, especialmente al atardecer cuando las luces de la ciudad comenzaban a brillar.
Mi segunda parada fue la famosa Victoria Street, conocida mundialmente como la inspiración para el Callejón Diagon de Harry Potter. Caminar por esta calle empedrada y serpenteante fue como adentrarse en un mundo mágico. Las tiendas coloridas con sus fachadas medievales, y las tiendas boutiques creaban una atmósfera única. Pasé más de una hora explorando las tiendas, especialmente aquellas dedicadas a artículos de Harry Potter y souvenirs escoceses.
Después de eso hice un recorrido por la famosa Royal Mile. Esta calle histórica, que conecta el castillo con el Palacio de Holyroodhouse, está repleta de tiendas de souvenirs y pubs tradicionales, los cuales ofrecen una excelente oportunidad para vivir el ambiente escocés.
El mercado navideño fue sin duda uno de los lugares más bonitos del viaje. Este mercado, considerado uno de los mejores del Reino Unido, se extendía como un laberinto de pequeñas casas de madera decoradas con luces brillantes y decoraciones navideñas. El aroma a vino caliente especiado, castañas asadas y dulces tradicionales escoceses se podía sentir en cada rincón. Pasé horas explorando los puestos, donde encontré desde artesanías locales hasta delicias culinarias. Probé el famoso shortbread escocés, compré algunos regalos únicos hechos a mano y disfruté de una taza de mulled wine que me ayudó a combatir el frío invernal.
Dean Village también resultó ser una de las sorpresas más agradables de mi viaje. Este pequeño pueblo histórico, ubicado a solo unos minutos del centro de la ciudad, parece sacado directamente de una película medieval. Se pueden ver varias casas de piedra que se encuentran junto a un rio lo que hace que el paisaje se vea más bonito.
Edimburgo superó todas mis expectativas. El ambiente navideño y la hospitalidad escocesa se sintió en cada rincón de la ciudad. Este viaje me recordó por qué amo vivir en Escocia. Tener acceso a joyas como Edimburgo a solo un viaje en tren de distancia es un privilegio que no doy por sentado.
Edimburgo no es solo una ciudad para visitar; es una experiencia para vivir, una lección de historia andando por sus calles, y un recordatorio de la rica herencia cultural que caracteriza a Escocia.
-Paola Viridiana
Cuando decidí estudiar en el Reino Unido, sabía que esta oportunidad no solo significaba una educación de calidad, sino también la posibilidad única de explorar uno de los países con mayor riqueza histórica y cultural de Europa. Durante mi estancia en Reino Unido, he logrado logrado organizar mi tiempo para visitar ciudades fascinantes que han enriquecido profundamente mi experiencia personal y académica.
Mi experiencia me ha enseñado que el timing es fundamental para aprovechar al máximo los viajes por el Reino Unido. Los meses de verano, especialmente de junio a agosto, se convirtieron en mis favoritos para viajar, ya que durante estas fechas, los días son considerablemente más largos, y el clima es más cálido. Sin embargo, también descubrí el encanto especial de viajar durante los períodos de vacaciones universitarias en primavera y otoño. En abril y mayo, los jardines están en plena floración, y agosto-septiembre ofrece temperaturas agradables con menos multitudes de turistas.
Una de las decisiones más inteligentes que tomé fue adquirir una Railcard al inicio de mi estancia. Esta tarjeta, que cuesta £30 anuales, me proporcionó descuentos en todos mis viajes en tren. Considerando que un viaje de Aberdeen a Londres puede costar fácilmente £85, la tarjeta se pagó sola después de solo tres viajes largos.
La flexibilidad que me brindó fue invaluable. Pude tomar decisiones espontáneas de viaje durante los fines de semana, sabiendo que el costo del transporte sería significativamente menor.
Uno de los errores más costosos que casi cometo fue planificar viajes sin considerar la geografía del país. Inicialmente, pensé en visitar Londres, luego Edimburgo, después Bath, y finalmente Liverpool. Esta ruta habría significado un constante ir y venir por el mapa, duplicando mis costos de transporte y tiempo de viaje.
En su lugar, desarrollé una estrategia de "rutas lineales" que me ahorró considerablemente dinero y tiempo. Por ejemplo, una de mis rutas más exitosas fue: Londres → Oxford → Bath → Birmingham → York -- Edimburgo. Esta secuencia me permitió explorar de manera sistemática, visitando cada ciudad en el camino sin retroceder y también me permitió observar gradualmente los cambios culturales y paisajísticos del país, desde las cosmopolitas ciudades del sur hasta los dramáticos paisajes escoceses.
Mi estrategia de viaje se adaptó completamente a mi calendario académico. Los fines de semana largos se convirtieron en oportunidades perfectas para explorar ciudades cercanas. Desde mi base en Aberdeen, pude hacer viajes de día completo al Castillo Dunnottar o Glasgow en el mismo día.
Para destinos más lejanos como Inglaterra, reservé las vacaciones universitarias más largas. Esta planificación me permitió sumergirme completamente en cada región sin la presión de regresar rápidamente a mis estudios.
Estudiar en el Reino Unido me brindó mucho más que una educación académica; me ofreció una ventana incomparable para explorar siglos de historia, desde los muros romanos de York hasta los castillos medievales de Dunnottar. Cada viaje complementó mi educación formal, proporcionándome experiencias que siempre recordaré.
La clave del éxito fue tratar estos viajes no como una distracción de mis estudios, sino como una extensión integral de mi experiencia educativa. Cada ciudad visitada agregó una nueva dimensión a mi comprensión de la cultura británica, su historia, y su diversidad regional. Al final de mi programa, no solo obtendré un título académico, sino también un profundo aprecio por la riqueza cultural de este país extraordinario y recuerdos que atesoraré toda la vida.
-Paola Viridiana
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